La destrucción de la Filmoteca Nacional de Afganistán por parte de los talibanes y la salvación del legado fílmico afgano por parte de sus responsables, emparedando los rollos originales y entregando copias en su lugar, es lo que motiva el poético corto del artista plástico belga Francis Alÿs Reel-Unreel. Para el rodaje dio a niños afganos rollos de películas con los que jugar por las calles de Kabul:
El patrimonio cultural, artístico e intelectual despreciado por los fanatismos de cualquier tipo nos retrotrae a tristes antecedentes como la destrucción de La Gran Biblioteca de Alejandría, las hogueras de las vanidades del predicador dominico Girolamo Savonarola o la quema de libros árabes en Granada, entre otros. También evoca distopías inquietantes como Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Casos como estos ponen en evidencia que el legado cultural depositado en bibliotecas, también en filmotecas, siempre ha supuesto para los intolerantes una amenaza contra sus principios y creencias.
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